Desde mediados del siglo XX comenzaron a masificarse innovaciones tecnológicas al servicio de la rehabilitación, una de ellas es la electroterapia. Desde entonces han surgido variados tipos de electro estimulación para escoger, pero ¿qué diferencia existen entre ellos?, ¿se pueden aplicar a cualquier persona?.
Primer debemos tener claro que todos los tipos de electro estimulación se basan en un mismo principio: la aplicación de electricidad sobre el cuerpo para aumentar o disminuir la actividad nerviosa o muscular. La diferencia radica en el objetivo que se quiere lograr y por lo tanto, las zonas del cuerpo sobre las que se trabajará, la intensidad de la corriente y los valores que se deberán configurar para ello. Revisemos las más comunes, sus características y usos:
TENS (Electroestimulación Nerviosa Transcutánea)
Se le conoce también como “electroanalgesia” ya que su objetivo es disminuir el dolor sintomático de una determinada zona del cuerpo. La TENS entrega pulsos eléctricos cuadrados unidireccionales con una corriente monofásica o bifásica. Existen dos tipos de TENS:
1. Convencional, de baja intensidad y alta frecuencia (60-100 Hz).
2. De alta intensidad y baja frecuencia (menos de 10 Hz).
Los TENS bien aplicados no realizan contracción muscular, sino que sólo un cosquilleo que estimulan fibras sensitivas.
Corriente de Kotz (ondas rusas)
Este tipo de electroestimulación tiene como objetivo la potenciación muscular intensa, el aumento del tamaño de los músculos y su resistencia, razón por la que es muy utilizado para entrenamiento deportivo. También es altamente tonificante y últimamente se aplica con fines estéticos. Para esto utiliza corriente de naturaleza bipolar con ondas rectangulares sinusoidales de alta frecuencia.
NMES (Electro Estimulación Neuro Muscular)
Es un tipo de electroestimulación destinado a fortalecer la musculatura, mantener y aumentar la masa y la fuerza muscular y el rango de movimiento en personas sin movilidad. Esto se logra mediante la contracción muscular inducida por los impulsos eléctricos. La intensidad y la frecuencia de la estimulación pueden variar según el nivel de función muscular y la respuesta al tratamiento.
FES (Electro Estimulación Funcional)
Es el tipo de electroestimulación más complejo de los anteriores. Su objetivo no sólo es mantener y fortalecer la musculatura afectada, sino que también generar movimientos funcionales, es decir que cumplan un propósito (como bipedestar, caminar, alcance, prensión, deglución, etc.). Esto se logra mediante la contracción coordinada de los músculos involucrados en los diferentes movimientos. Los equipos más elaborados ofrecen sensores de movimiento que actúan como un biofeedback para el paciente, permitiéndole tomar conciencia de la musculatura estimulada y controlar sus propios movimientos.
La coordinación de las contracciones musculares permite que los movimientos sean similares a su propia biomecánica, por esta razón muchos centros de rehabilitación de alta complejidad están incorporando este tipo de electroestimulación cada vez con mayor frecuencia. Para obtener mayor información sobre las diferentes aplicaciones de FES y sus múltiples beneficios, contáctanos.
La medicina remota ha tomado más fuerza que nunca durante la pandemia que estamos viviendo, producto de que millones de pacientes en todo el mundo se encuentran en aislamiento.
La parálisis motora derivada de trastornos como accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares requiere de un extenso proceso con miras a recuperar movilidad, volver a realizar actividades cotidianas y mejorar la calidad de vida.
Casos de parálisis motora derivados de trastornos neurológicos o enfermedades neurodegenerativas requieren de un tratamiento adecuado. Para ello es fundamental el rol de los profesionales de la kinesiología, que cuentan con técnicas como la electroestimulación funcional para potenciar la rehabilitación.