Además de la terapia física, se puede sacar el mejor potencial con la ayuda diversas terapias interdisciplinarias. Sin embargo, es necesario realizar una serie de evaluaciones médicas para determinar cuál es la más apropiada en cada caso.
Si estás pensando en alguna terapia interdisciplinaria, ten claro que siempre debe ir de la mano con la terapia kinesiológica, es decir, aquella que se enfoca en la rehabilitación del movimiento y de la función motora. Juntas, fomentan el autocuidado y la independencia.
La terapia a realizar dependen de las necesidades de cada paciente, el tipo de parálisis cerebral, el grado de discapacidad y las condiciones asociativas. Por esta razón, hay que realizar una evaluación médica para saber la que se adecúa más a cada persona.
A continuación puedes revisar algunas alternativas:
Busca mejorar la funcionalidad del niño en sus actividades de la vida diaria. Sus sesiones intentan recrear parte de las actividades y tareas que enfrentará en su entorno diario, como el hogar y el colegio. La idea es que poco a poco aprenda estrategias para resolver estos desafíos a través de posturas, desarrollo de motricidad fina e incluso vencer dificultades de alimentación. Esto, les servirá durante toda su vida y también para enfrentarse al mundo laboral (por el grado de independencia y confianza que les otorgará).
Enfocarán sus esfuerzo en que el niño pueda aprender una forma efectiva de comunicarse, a través de estrategias y dispositivos de comunicación aumentativa y alternativa, como tableros, gadgets, pictogramas, lengua de señas u otras herramientas que se ajusten a su propio contexto cotidiano. Se preocupa de potenciar los aspectos comprensivos y expresivos del lenguaje.
Esta alternativa puede mitigar o minimizar muchos síntomas de la parálisis, al seguir una dieta saludable. Es recomendada para aquellos que tienen reflujo, estreñimiento o dificultad para comer.
Se usa principalmente para mejorar el tono muscular y la funcionalidad, a través de ejercicios entretenidos y menos intimidantes que la fisioterapia convencional. Les beneficia especialmente para lograr marcha sin asistencia, según indicó un estudio canadiense. En el agua se reduce la carga y el impacto de las articulaciones. Así, es más fácil llegar al equilibrio y a una mejor postura.
Se utiliza principalmente para ayudar a lidiar con las emociones y desadaptaciones de la conducta, ayudando al niño a desarrollar su autoestima y bienestar. También es recomendada, la psicología, que puede ayudar a sus padres o cuidadores.
Las terapias interdisciplinarias ayudan en la recuperación del paciente con parálisis cerebral en diferentes ámbitos. Luego de una serie de evaluaciones médicas, pueden determinar cuál es la más óptima para cada paciente, ya que depende de una serie de factores.
Luego de sobrevivir a una accidente cerebro vascular es común que una persona presente una pérdida del movimiento funcional.
La pérdida de algún grado de movilidad por causa de una parálisis motora genera un impacto muy grande en la persona afectada, que se ve impedida de realizar actividades propias de la vida diaria.
Un accidente cerebrovascular (ACV), lesión medular (LM), parálisis cerebral (PC) o trastorno encéfalo craneano (TEC) no solo afectan al movimiento y la independencia de la persona que lo sufre, sino también su capacidad para hablar, comunicarse, e incluso realizar funciones esenciales como tragar.