La vida de una persona puede cambiar radicalmente si ha sufrido lesiones neurológicas o medulares, accidentes cerebrovasculares, parálisis cerebral o sus secuelas, que suelen afectar la movilidad del cuerpo y limitar su independencia.
Frente a estas es necesario que los pacientes accedan a una terapia multidisciplinaria que apunte a la neurorehabilitación, proceso que busca restituir, minimizar o compensar los déficits funcionales provocados por una lesión del sistema nervioso central. La rehabilitación multidisciplinaria implica la participación de profesionales especializados.
La evaluación de médicos fisiatras y la intervención de kinesiólogos, terapeutas ocupacionales o fonoaudiólogos permiten determinar el tratamiento indicado para cada persona, según su lesión, con ejercicios específicos a los que se suman tecnologías como la electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés).
Cuando un paciente sufre una afectación del sistema nervioso central o periférico, se produce un profundo y progresivo deterioro de la funcionalidad que lo lleva, en conjunto con sus familiares, a la búsqueda de una solución.
Esto ha dado lugar a que a lo largo de la historia hayan surgido variadas técnicas y procedimientos de tratamiento en el ámbito de la neurorrehabilitación.
Ello es posible gracias a la evolución, desde una idea estática de que una lesión del sistema nervioso suponía la pérdida de funciones y no era recuperable, a un nuevo modelo que se basa en la neuroplasticidad, que es el potencial de reorganización de la corteza cerebral, que lleva a la activación de circuitos neuronales previamente silentes para que pasen a ser funcionales y se hagan cargo de la actividad perdida.
La neurorrehabilitación es donde más claramente se desarrolla en enfoque multidisciplinario, al incluir fármacos, técnicas de fisioterapia, terapia ocupacional, utilización de ortesis adecuadas, terapia neurocognitiva, entre otras, entre las técnicas que se pueden usar en el proceso de tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca algunos ejemplos de opciones de rehabilitación:
Además de la mirada multidisciplinaria para la neurorehabilitación, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación han surgido innovaciones que se han ido incorporando como herramientas complementarias de la terapia convencional.
Algunas de las tecnologías, que podemos ver en detalle en el siguiente artículo, son:
La electroestimulación funcional (FES) es una técnica terapéutica que utiliza corrientes eléctricas para estimular nervios y músculos con el objetivo de restaurar o mejorar la función motora en pacientes con diversas condiciones neurológicas y musculares.
Se aplica típicamente en situaciones donde existe una alteración en la comunicación entre el sistema nervioso y los músculos, con el objetivo de mejorar secuelas relacionadas con debilidad muscular, falta de coordinación y pérdida de movilidad.
TrainFES ha desarrollado la mejor tecnología para rehabilitación neuromuscular para quienes sufren de algún tipo de parálisis motora de origen central.
Además de la mirada multidisciplinaria, la metodología TrainFES cuenta con una avanzada tecnología para la aplicación de la electroestimulación funcional, con miras a generar movimientos funcionales, como bipedestar, caminar, mejorar el alcance, la prensión o la deglución.
Diversos estudios y revisiones científicas muestran cómo la electroestimulación funcional es un complemento para las terapias de rehabilitación en personas con algún grado de parálisis motora.
Extremidad superior: este estudio analizó el efecto de un entrenamiento basado en FES con activación bimanual y terapia de biofeedback, concluyendo que la estimulación eléctrica funciona para la rehabilitación de la extremidad superior parética en personas con secuelas por accidentes cerebrovasculares (ACV).
Reduce caídas: una investigación sobre el efecto de la aplicación de FES al cuádriceps de la extremidad parética durante perturbaciones de la postura mostró que reduce la incidencia de caídas de laboratorio, mejora el control de estabilidad reactiva y reduce el colapso vertical de la extremidad en personas con accidente cerebrovascular crónico.
Pie caído: un artículo revisó los avances tecnológicos y los resultados clínicos obtenidos en el manejo neuroprotésico del pie caído, estableciendo que el desarrollo de sistemas de pie caído transcutáneos con ajuste automático, para proporcionar autonomía al paciente fuera de la clínica es una dirección de investigación particularmente prometedora.
Múltiples usos de FES: una revisión de la literatura determinó que la electroestimulación funcional puede ser una valiosa terapia en el hogar, con buenos resultados en personas con parálisis y problemas musculoesqueléticos, cardiorrespiratorios y patología renal, además de ser una forma viable de ejercicio para personas mayores.
Lesión de médula espinal: el análisis de aplicaciones combinadas con remo, bicicleta, caminata asistida y otros derivados arrojó que, en general, la electroestimulación funcional se puede utilizar para mejorar la respiración, la circulación, la fuerza de las manos, la movilidad y el metabolismo después de una lesión medular.
Mejora la actividad luego de un ACV: la electroestimulación funcional parece mejorar moderadamente la actividad en comparación con ninguna intervención y con entrenamiento solo, lo que sugiere que debe usarse en la rehabilitación de accidentes cerebrovasculares para mejorar la capacidad de realizar actividades.
Rehabilitación temprana en UCI: la revisión de cómo la electroestimulación funcional aporta desde que el paciente está en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) determinó que el ciclismo fue el ejercicio que aumentaba el gasto cardíaco y producía suficiente intensidad de trabajo muscular.
Reducción del dolor: un estudio determinó que la electroestimulación funcional redujo notablemente el dolor isquémico y mejoró la calidad de vida -en comparación con la caminata sin FES- de pacientes con claudicación intermitente.
Las personas con discapacidad son aquellas que, en relación con sus condiciones de salud física, psíquica, intelectual, sensorial u otras, al interactuar con diversas barreras contextuales, actitudinales y ambientales, presentan restricciones en su participación plena y activa en la sociedad.
Un daño o enfermedad que afecte al sistema nervioso puede dejar a una persona con parálisis motora, lo que le impedirá realizar movimientos habituales del cuerpo y, con ello, actividades de la vida diaria.
Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando una arteria que suministra sangre al cerebro se obstruye o se rompe, lo que puede causar discapacidades temporales o permanentes, según cuánto tiempo se vio interrumpido el flujo sanguíneo, ya que puede matar neuronas si no se trata a tiempo.