Hay cientos de músculos en el cuerpo humano. Entre ellos hay un grupo de músculos escondidos, pero muy importantes para vivir nuestra de forma plena y tranquila. Hablamos del suelo pélvico.
El suelo pélvico se ubica en la parte baja del abdomen, debajo de la vejiga y los órganos sexuales. Su función es sostener los órganos internos, controlar esfínteres y regular la fricción durante las relaciones sexuales (en el caso de personas con canal vaginal), entre otras.
En una relación sexual, por ejemplo, el estado de nuestro suelo pélvico puede cambiarlo todo. Esta zona se contrae antes y durante el orgasmo. Si está débil, puede provocar falta de sensibilidad, anorgasmia (incapacidad para llegar al orgasmo), dificultad para lograr la penetración o incluso dolor.
Sin embargo, hay muchos otros trastornos asociados a un suelo pélvico débil, tales como:
Este tipo de trastornos son transversales a cualquier edad. Es por eso que hoy existe una gran variedad de pacientes, desde la primera infancia hasta la tercera edad, buscando soluciones para corregir cualquier tipo de disfunción.
¿Qué soluciones existen? Básicamente, la solución principal es ejercitar el suelo pélvico. Hay distintos ejercicios y rutinas adecuadas para cada paciente. A muchas personas, por ejemplo, se les recomienda realizar ejercicios de Kegel o contracciones con bolitas pélvicas. Sin embargo, también hay otra solución mucho más integral: la electroestimulación.
En TRAINFES, puedes tonificar tu suelo pélvico con electroestimulación y sencillos ejercicios. ¡Dale a este músculo la fuerza que necesita!
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¿Desde qué edad se puede trabajar el piso pélvico? ¿La electroestimulación produce dolor? Si tienes estas o más dudas, te invitamos a ver nuestro live dedicado al suelo pélvico, donde conocerás testimonios y opiniones de expertos.
Una persona con parálisis o dificultad para moverse ve afectada la realización de actividades de la vida diaria, que pueden ir desde el traslado hasta alimentarse o ir al baño en forma independiente, lo que además de las secuelas físicas puede traer problemas psicológicos y trastornos del ánimo.
Trastornos neurológicos como un accidente cerebrovascular (ACV), una lesión medular (LM) o una parálisis cerebral (PC) pueden dejar a una persona con distintos grados de parálisis motora que afectan la movilidad, la capacidad de desplazamiento y, finalmente, la calidad de vida. Además, también puede causar problemas relacionados con el metabolismo y la falta de movimiento.
Luego de sobrevivir a una accidente cerebro vascular es común que una persona presente una pérdida del movimiento funcional.