La rehabilitación es un anhelo para todos quienes han sufrido alguna discapacidad producto de lesiones, trastornos neurológicos o enfermedades neurodegenerativas. Cuando una patología se extiende en el tiempo se transforma en crónica, y genera diversos efectos que pueden empeorar, desde pérdida del movimiento hasta dificultad para realizar actividades de la vida diaria como desplazarse, alimentarse o ir al baño.
El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos explica que una enfermedad crónica es una afección que por lo general dura tres meses o más, y es posible que empeore con el tiempo.
Casi siempre se presentan en adultos mayores y a menudo se controlan, pero no tienen cura, y entre las más comunes están el cáncer, la cardiopatía, el accidente cerebrovascular, la diabetes y la artritis.
A pesar de esto, las enfermedades crónicas sí tienen opciones de rehabilitación, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como un conjunto de intervenciones encaminadas a optimizar el funcionamiento y reducir la discapacidad de personas con afecciones en la interacción con su entorno.
La OMS resalta que la rehabilitación ayuda a los niños, los adultos o a las personas mayores a ser tan independientes como sea posible en su día a día y les permite participar en actividades educativas, laborales o recreativas, o llevar a cabo las tareas que dan sentido a su vida.
La rehabilitación puede minimizar o retrasar los efectos discapacitantes de patologías crónicas como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, dotando a los pacientes de estrategias de autogestión y de las ayudas técnicas que precisen, o gestionando el dolor u otras complicaciones.
Realizar actividad física no solo es beneficioso para llevar una vida sana. La evidencia demuestra que tiene la capacidad de revertir algunas condiciones de salud frecuentes en la población.
En pacientes que padecen alguna patología crónica, el ejercicio puede actuar como fármaco en sí mismo o como coadyuvante de los tratamientos convencionales.
Para que la actividad física forme parte de un tratamiento médico, debe ser recomendada y supervisada por un especialista, como ocurre con la metodología TrainFES, en que un equipo multidisciplinario liderado por médicos fisiatras, kinesiólogos y otros especialistas en neurorehabilitación determina la mejor terapia para cada caso y la supervisa durante el proceso.
Una investigación realizada por profesionales de TrainFES analizó los Efectos biomecánicos en la marcha de una única intervención con electroestimulación funcional en pacientes con accidente cerebrovascular crónico, que presentan la alteración conocida como pie caído.
El estudio presentó una prueba de concepto para un novedoso sistema de electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés) fácil de usar, que evaluó los efectos biomecánicos durante la marcha en pacientes con accidente cerebrovascular, en comparación con la marcha sin ayuda.
Los resultados establecieron los siguientes avances:
En conclusión, el estudio piloto demostró que el uso del sistema FES en el músculo tibial anterior puede provocar mejoras funcionales en la marcha en sujetos con pie caído debido a un accidente cerebrovascular crónico.
La metodología de TrainFES destaca por sus planes personalizados de entrenamiento, con el acompañamiento permanente de un equipo multidisciplinario de 40 expertas y expertos en kinesiología, fisiatría, terapia ocupacional, fonoaudiología y psicología.
Este estándar, que requiere del compromiso y la constancia de los usuarios, le ha mejorado la vida a miles de personas.
Entre ellas está Camilo Valdebenito (59 años), quien sufrió un ACV isquémico en 2017, que le causó una parálisis motora (hemiparesia) en un lado del cuerpo. “Se me paralizó todo el lado izquierdo. No podía hablar, solo murmurar”, recuerda.
Tras su ACV, Camilo estuvo hospitalizado por cuatro meses y sus médicos le entregaron el lapidario pronóstico de que no volvería a ser capaz de caminar.
Sin embargo, con el uso de la tecnología de electroestimulación funcional, la capacitación de los profesionales y el uso de la aplicación móvil intuitiva, entrenó a diario y mantuvo una continuidad terapéutica, hasta recuperar algunos patrones de movimiento en la extremidad superior izquierda.
Camilo Valdebenito no sólo cumplió con el entrenamiento en TrainFES Center, sino que además utilizó los dispositivos móviles para mantener el proceso en su casa, con el apoyo permanente de los kinesiólogos y terapeutas ocupacionales.
A pesar de iniciar su rehabilitación en una etapa muy crónica, Camilo logró avances muy significativos y, en la actualidad, ha vuelto a realizar muchas actividades de la vida diaria: camina con bastón, se ha independizado en muchas de sus labores del hogar y, además, sigue entrenando en su casa.
“Yo me visto solo, me baño solo, como solo, todo lo hago solo. Puedo salir de mi casa al centro, puedo ir a comprar, al banco, puedo salir para cualquier parte ahora”, comenta.
La metodología TrainFES cuenta con una avanzada tecnología para la aplicación de la electroestimulación funcional, método que tiene más de 20 años de evidencia y busca reentrenar las neuronas para generar movimientos funcionales, como bipedestar, caminar, mejorar el alcance, la prensión o la deglución.
El programa no sólo destaca por la tecnología para posibilitar el uso de la electroestimulación funcional en casa, sino además por el plan de entrenamiento que requiere del compromiso del usuario y por el acompañamiento permanente expertas y expertos en kinesiología, fisiatría, terapia ocupacional, fonoaudiología y psicología.
Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando una arteria que suministra sangre al cerebro se obstruye o se rompe, lo que puede causar discapacidades temporales o permanentes, según cuánto tiempo se vio interrumpido el flujo sanguíneo, ya que puede matar neuronas si no se trata a tiempo.
¿Qué hacen pacientes que han sufrido afecciones como ACVs, parálisis cerebrales y lesiones medulares para seguir con su rehabilitación?
Las secuelas que los trastornos neurológicos causan a las personas suelen ser graves, con efectos en la calidad de vida del paciente y de quienes lo rodean. Pero cuando esta afección se da en adultos mayores, las consecuencias pueden profundizarse y derivar en una discapacidad.