Una lesión medular (LM) implica daño en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal, y a menudo causa daños en las funciones del cuerpo debajo del sitio de la lesión.
La capacidad para controlar las extremidades luego de una lesión de la médula espinal se denomina nivel neurológico de la lesión. Por otro lado, la gravedad de esta se conoce como “integridad”, y se clasifica de la siguiente manera:
La lesión de la médula espinal puede afectar a la misma o dañar las vértebras o nervios raquídeos.
El mayor porcentaje de lesiones medulares son producto de accidentes automovilísticos, lesiones deportivas, caídas y agresiones. Dependiendo de la zona que afecte, puede producir distintos tipos de parálisis en quien lo sufrió:
La paraplejia es el síntoma de parálisis que afecta principalmente a las piernas, aunque a veces puede abarcar la parte inferior del cuerpo y también algunas de las capacidades de los brazos.
Existen dos clasificaciones para esta afección, dependiendo del grado de parálisis.
Además, puede ser flácida (los músculos no funcionan en absoluto) o espástica (los músculos no funcionan y se contraen de forma incontrolable).
También conocida como cuadriplejia, la tetraplejia es un síntoma de parálisis que afecta todas las extremidades y el cuerpo desde el cuello hacia abajo.
Es el síntoma más común de lesión traumática de la médula espinal y ocurre en aproximadamente el 60% de los casos.
También hay dos formas principales en que puede ocurrir la tetraplejia.
Incompleta: bloquea el paso de algunas señales, pero no de todas. La persona aún podría tener cierta capacidad para moverse, tener sensibilidad o controlar procesos corporales (función intestinal y vesical).
Completa: al bloquear el paso de todas las señales, la persona pierde el control muscular, la sensibilidad y los procesos automáticos que dependan de las señales cerebrales.
Al igual que en el caso de la paraplejia, en cuanto al daño en los músculos puede ser flácida (no funcionan en absoluto) o espástica (se contraen sin control).
El pronóstico de recuperación de la lesión medularvaría según el sitio en el que esta se produjo, y las probabilidades son mayores cuando la parálisis es parcial. Estudios han demostrado que la rehabilitación, en terapias convencionales, es posible hasta un año después de la lesión.
Sin embargo, TrainFES gracias a su metodología -que incluye innovación tecnológica más un equipo interdisciplinario de expertos- permite tratar casos después del año con resultados exitosos, como veremos más adelante.
Una rehabilitación global optimiza y evalúa el tratamiento indicado para cada persona de acuerdo a la lesión de médula que presente, con un programa que incluye:
El acompañamiento constante y asistencia sobre la aplicación y usabilidad del equipo se posibilitan, además de las sesiones de entrenamiento presenciales, gracias a la telerehabilitación que se ofrece en TrainFES. Esta permite utilizar el dispositivo FES y la app TrainFES Rehab desde cualquier lugar, con la monitorización constante de nuestros profesionales de salud.
La electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés) es una técnica terapéutica que utiliza corrientes eléctricas para activar nervios y músculos, con el objetivo de restaurar o mejorar la función motora.
Su uso, acompañado por un entrenamiento adecuado y constante, más innovación y tecnología, permite potenciar la neuroplasticidad, que es la capacidad del sistema nervioso para modificarse y formar conexiones en respuesta a la información nueva, posibilitando la rehabilitación.
TrainFES es la mejor opción de electroestimulación funcional en Chile, al contar con un dispositivo propio para la aplicación de estas corrientes de bajo nivel.
El programa no solo utiliza este avanzado sistema FES, sino que suma una metodología de entrenamiento que puede hacerse en el centros especialmente habilitados, como TrainFES Center, o en casa, gracias a las innovaciones que permiten al usuario estar permanentemente acompañado por profesionales, de manera presencial o virtual.
Estudios demuestran que la FES, como parte de un proceso integral de tratamiento, presenta beneficios en pacientes afectados por lesión medular, al aportar en la restauración de la función motora y la movilidad.
Camila Zúñiga tuvo un accidente en una piscina en 2013, cuando tenía 16 años, que la dejó con imposibilidad de mover brazos y piernas, y un diagnóstico lapidario.
“Los médicos me dijeron que nunca iba a volver caminar, no iba a poder ser independiente, iba a estar postrada y no iba a poder mover mis brazos”, recuerda.
En 2021 conoció TrainFES y, luego de entrenar rigurosamente con el apoyo de profesionales, aumentó la fuerza de su musculatura, disminuyó su espasticidad, empezó a ponerse de pie con electroestimulación y avanzó hasta conseguir desplazarse.
“Cada vez voy siendo más independiente y avanzando en el tema de la marcha y estoy feliz por todo lo que he logrado y todo lo que he avanzado. Se me llenó el mundo de esperanza”, expresa.
Ignacia Poblete, de 15 años, sufrió una lesión medular luego de fracturarse la columna en un accidente, que resultó en una paraplejia, con pérdida de la movilidad y sensibilidad en las dos piernas.
Los doctores le dijeron que estaría al menos entre ocho meses y un año sin poder moverse, pero Ignacia no se resignó y siguió buscando una nueva forma de rehabilitarse, hasta que llegó a TrainFES.
“El momento en que usé el dispositivo FES por primera vez fue mágico: podía mover la pierna, se me activaba el cuádriceps, podía mover el tobillo. Desde ahí empecé a notar avances, y ahora puedo caminar sola”, destaca.
Con sus planes personalizados de entrenamiento, el acompañamiento permanente de un equipo multidisciplinario de especialistas en kinesiología, fisiatría, terapia ocupacional, fonoaudiología y psicología, TrainFES le ha mejorado la vida a miles de personas que pudieron recuperar movimientos perdidos y volver a realizar tareas cotidianas.
Este tipo de afección tiene múltiples subclasificaciones, que deben ser abordadas de manera distinta. A continuación te contamos sus características y cómo la electroestimulación puede ayudar en cada caso.
Una de las secuelas más frecuentes de un ACV es la pérdida del movimiento funcional, al afectar el control de brazos o piernas, lo que dificulta o impide realizar tareas cotidianas como caminar, subir o bajar escaleras, ducharse o alimentarse.
Generalmente, las personas suelen pensar que esta es una afección que es muy limitante. Sin embargo, esta presenta matices y es muy diferente en cada paciente.