La parálisis cerebral es un trastorno del movimiento que afecta la capacidad del individuo para coordinar y controlar sus músculos. Esto puede producir discapacidades que afectan las capacidades físicas, la cognición, la comunicación y la función sensorial. Ocurre debido a lesiones o anomalías del cerebro
Existen distintos tipos de parálisis cerebral, por lo que se observan distintos síntomas y niveles de gravedad. Por esto, el tratamiento de cada paciente debe ser personalizado según su clasificación y necesidades.
Los casos de parálisis cerebral se presentan mayormente durante la gestación, pero también pueden desarrollarse durante los primeros 5 años de vida, período en que el cerebro se encuentra en desarrollo.
Algunos de los síntomas son temblores en las extremidades o movimientos involuntarios. Los problemas se producen mayoritariamente durante los 9 meses de gestación hasta los dos años. Por esto desde edades tempranas se pueden observar dificultades para alcanzar los hitos del desarrollo como son afirmar la cabeza, sentarse, gatear o adquirir la marcha.
De acuerdo a la gravedad de cada caso se presentarán mayores problemáticas y áreas comprometidas. Además, en algunos casos existen dificultades para ver y escuchar.
A medida que los pacientes avanzan hacia la edad de escolaridad se puede observar la presencia de problemas de aprendizaje, dificultades emocionales y conductuales, entre otros.
Algunas de las causas de la parálisis cerebral son:
La parálisis cerebral es un trastorno permanente que no empeora con el tiempo, y sus síntomas pueden variar a lo largo de la vida del paciente.
Es importante esclarecer la clasificación, ya que el tipo de parálisis cerebral influye en sus consecuencias y, por lo mismo, deben tener un tratamiento distinto.
Se clasifican entonces según nivel de movimiento:
Se distinguen cuatro tipos de parálisis cerebral, de acuerdo al grado de la lesión: monoparesia, diplejia, hemiplejia y tetraparesia. En cada una el movimiento y parte del cuerpo que se ve afectado es distinto por lo que la rehabilitación y electroestimulación puede ayudar de distinta forma en cada caso.
Monoparesia: déficit motor de solo una de las extremidades del cuerpo (brazos o piernas). Indistintamente de en cuál de los miembros ocurra, la sugerencia más común es trabajar la rehabilitación de la musculatura.
Hemiparesia: debilidad o parálisis de un lado del cuerpo (derecho o izquierdo). En la parálisis cerebral, esto significa que tanto el brazo como la pierna del mismo lado están afectados, aunque no necesariamente en la misma medida. Los pacientes pueden tener dificultades para mover y controlar las extremidades afectadas, lo que puede afectar su capacidad para caminar, manipular objetos y realizar actividades de la vida diaria.
Tetraparesia: también nombrada como cuadriparesia o cuadriplejia, se refiere a la debilidad o parálisis que afecta a las cuatro extremidades: ambos brazos y ambas piernas. Los pacientes pueden experimentar limitaciones funcionales, desde dificultades leves en el movimiento hasta una dependencia completa de dispositivos de asistencia y cuidadores para realizar actividades de la vida diaria.
Diplejia: también se le conoce como paraplejia espástica, y se refiere a la debilidad o parálisis que afecta predominantemente a las extremidades inferiores (las dos piernas). También puede haber compromiso leve en las extremidades superiores. Los pacientes pueden presentar dificultades para caminar y mantener el equilibrio, y pueden requerir dispositivos de asistencia para la movilidad, como andadores o muletas.
Como tratamiento para todos los síntomas descritos, TrainFES ofrece una rehabilitación integrativa incluyendo la evaluación y posterior terapia adecuada a cada tipo de parálisis cerebral y específica para cada paciente que incluye el trabajo junto a las distintas terapias y profesionales del equipo médico junto con distintas técnicas como es FES.
Con respecto a estas técnicas, se ha comprobado la efectividad de la electroestimulación funcional (FES) a través de un equipo portátil con el que el paciente puede trabajar desde su hogar. Esta estimula los nervios y músculos a través de corrientes eléctricas para mejorar la función motora.
En los pacientes con parálisis cerebral, FES genera mejoras en el tratamiento de espasticidad y contracturas, ayuda a la prevención de complicaciones secundarias y puede mejorar la movilidad en niños y adultos con parálisis cerebral. El tratamiento se adapta para cada uno de los casos:
Otros beneficios para los pacientes con parálisis cerebral al utilizar la metodología FES y EMS en conjunto con el trabajo con el equipo médico es facilitar la rehabilitación al entregar estímulos adicionales para lograr la mejora de las funciones que se han visto afectadas en cada parálisis cerebral. Esto sin duda ayuda al mejoramiento de la calidad de vida, ya que se recupera independencia y, con esto, mejoras en el estado psíquico de los pacientes.
Un caso de éxito dio muestras de esto a través de Vicente, de seis años, quién desde los cuatro años asistía a la Teletón debido a una hemiparesia espástica. Él también presentaba leucomalacia, de la que se percataron luego de una resonancia. Con esta información, contactaron a una kinesióloga que le sugirió el tratamiento en TrainFES.
Su madre relata el tratamiento en TRAINFES y uso de FES como “la mejor solución, el mejor resultado que él ha tenido con cinco sesiones”. A través de FES se produjo una diferencia significativa en su forma de caminar ya desde la quinta sesión, según indica su madre. La estimulación FES logró su objetivo reentrenando las neuronas para generar movimientos funcionales, en este caso, la caminata. Lo anterior, sin intervenciones como cirugías ni infiltración de bótox para que su músculo cediera, que fue la primera sugerencia médica.
El movimiento constante de las manos en una persona suele ser asociado con la enfermedad de Parkinson, pero ese síntoma tan reconocible es solo uno de los que genera esta patología neurodegenerativa, que también trae consigo rigidez muscular, lentitud en los movimientos voluntarios y dificultad para mantener el equilibrio, además de deterioro cognitivo.
Las consecuencias de un accidente cerebrovascular (ACV) suelen cambiar la vida de quienes lo sufren, con secuelas que van desde parálisis motora hasta la pérdida de la capacidad de comprender o expresar el lenguaje, es decir, de comunicarse.
Generalmente, las personas suelen pensar que esta es una afección que es muy limitante. Sin embargo, esta presenta matices y es muy diferente en cada paciente.