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El cerebro controla las funciones cognitivas del cuerpo y las reacciones del organismo, lo que lo convierte en uno de los órganos más importantes del cuerpo humano junto al corazón. Los trastornos cerebrales, incluyendo problemas mentales y neurológicos, suelen ser invisibilizados o ignorados, razón por la que la Federación Mundial de Neurología (WFN) estableció esta fecha para concientizar su diagnóstico y tratamiento.
Las secuelas derivadas de trastornos neurológicos o enfermedades neurodegenerativas, que van desde dificultades para mover una extremidad hasta parálisis e imposibilidad para desplazarse o realizar actividades cotidianas, pueden tratarse con una adecuada metodología de neurorehabilitación.
Las secuelas que los trastornos neurológicos causan a las personas suelen ser graves, con efectos en la calidad de vida del paciente y de quienes lo rodean. Pero cuando esta afección se da en adultos mayores, las consecuencias pueden profundizarse y derivar en una discapacidad.
Una persona con parálisis o dificultad para moverse ve afectada la realización de actividades de la vida diaria, que pueden ir desde el traslado hasta alimentarse o ir al baño en forma independiente, lo que además de las secuelas físicas puede traer problemas psicológicos y trastornos del ánimo.
Distintos grados de parálisis motora, problemas de movilidad, dificultad para tragar o daños progresivos en el equilibrio, la coordinación, la vista y el habla son secuelas derivadas de alteraciones neurológicas, que pueden producirse por trastornos como accidentes cerebrovasculares o enfermedades como el mal de Parkinson o la esclerosis múltiple.
La rehabilitación es un anhelo para todos quienes han sufrido alguna discapacidad producto de lesiones, trastornos neurológicos o enfermedades neurodegenerativas. Cuando una patología se extiende en el tiempo se transforma en crónica, y genera diversos efectos que pueden empeorar, desde pérdida del movimiento hasta dificultad para realizar actividades de la vida diaria como desplazarse, alimentarse o ir al baño.
Personas con distintos grados de parálisis motora debido a trastornos o enfermedades neurológicas tienen opciones de recuperar movilidad y mejorar su calidad de vida con una rehabilitación que incluya entrenamiento y tecnología, y para ello es fundamental la continuidad del tratamiento.
Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo y pérdida de sensibilidad en el lado opuesto son algunas de las secuelas del síndrome de Brown-Sequard (BSS), que es una afección neurológica poco común caracterizada por una lesión en la médula espinal.
La parálisis motora derivada de trastornos como accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares requiere de un extenso proceso con miras a recuperar movilidad, volver a realizar actividades cotidianas y mejorar la calidad de vida.