La parálisis motora derivada de trastornos como accidentes cerebrovasculares o lesiones medulares requiere de un extenso proceso con miras a recuperar movilidad, volver a realizar actividades cotidianas y mejorar la calidad de vida.
En ese camino existe un complemento externo que son las órtesis, definidas como un dispositivo que sirve para mejorar una función disminuida.
Las órtesis proporcionan apoyo para las articulaciones, los ligamentos, los tendones, los músculos y los huesos dañados, y en su mayoría están adaptadas a las necesidades y la anatomía de un paciente determinado.
Por ejemplo, las órtesis diseñadas para los zapatos pueden cambiar el peso del paciente a distintas partes del pie para compensar la función perdida, prevenir una deformidad o lesión, ayudar a soportar el peso o aliviar el dolor, con el objetivo de prestar apoyo.
Junto con los dispositivos terapéuticos y de ayuda, como andadores, sillas de ruedas, scooters y prótesis, las órtesis son una herramienta útil para las personas cuya movilidad se ha visto comprometida. Su principal uso es prevenir o curar una lesión, apoyar en la rehabilitación y mejorar la movilidad del usuario.
Existen distintos tipos de órtesis:
Según la Organización Internacional de Normalización (ISO), la órtesis es un dispositivo externo aplicado al cuerpo que modifica aspectos funcionales o estructurales del sistema neuromusculoesquelético.
Se caracterizan por ser de gran utilidad como parte del tratamiento de rehabilitación de diversas patologías, ya sean de tipo musculoesqueléticas, neurológicas o traumatológicas.
Entre sus beneficios se encuentran:
El pie caído, o drop foot, es una dificultad de la marcha muy frecuente en personas que han sobrevivido a un accidente cerebrovascular (ACV) y causa problemas para levantar los dedos al caminar, debido a la falta de activación de los músculos involucrados en esta acción.
Esto representa un alto riesgo de caída para la persona con secuelas, que pueden llegar a ser graves y provocar fracturas. Si bien es una dificultad compleja de abordar en la rehabilitación, existen alternativas para los requerimientos motores de las personas.
Para su tratamiento se utiliza una órtesis tobillo-pie (OTP), que permite estabilizar la articulación del tobillo en las direcciones antero-posterior y medio-lateral, modulando al mismo tiempo los movimientos de la articulación y fijar el tobillo y la planta del pie afectado, para evitar su arrastre durante la marcha.
Las OTP entregan estabilidad lateral al tobillo y favorecen una marcha segura, reduciendo en gran medida el riesgo de caída. Si bien elevan mecánicamente el pie, también bloquean todo posible movimiento de este, por lo que impide la posibilidad de activar la musculatura afectada.
El tratamiento pasivo ofrecido por las OTP no promueve el uso activo de los sistemas neuromusculares y también limita el rango de movimiento del tobillo. Además, algunos modelos de OTP pueden ser incómodos, voluminosos y, si están mal ajustados, pueden producir zonas de presión y ruptura del tejido.
Las órtesis pueden ser un elemento rígido externo, como el caso de las antes mencionadas órtesis tobillo-pie, pero también pueden ser dispositivos tecnológicos poco invasivos .
Una técnica de neurorehabilitación que puede utilizarse para fortalecer la musculatura afectada y reentrenar las neuronas para generar movimientos funcionales es la electroestimulación funcional. Esta cuenta con más de 20 años de evidencia y puede apoyar en objetivos como como ponerse de pie, caminar o mejorar el alcance, la prensión o la deglución.
La neuro órtesis WalkFES es un sistema indicado para personas con trastornos como pie caído, que corrige en tiempo real la marcha y favorece el reaprendizaje del movimiento.
WalkFES utiliza la electroestimulación funcional para estimular a los músculos paralizados para generar movimientos y contracciones musculares a través de electrodos. Se controla mediante una app móvil y es muy fácil de usar, ya que a través del smartphone se pueden crear ejercicios personalizados configurando la intensidad, frecuencia y secuencia de la electroestimulación.
La metodología TrainFES estimula el movimiento y la funcionalidad de extremidades superiores, inferiores, abdomen y dorso de personas que viven con parálisis debido a lesiones neurológicas.
Sandra es una paciente que sufre de hemiparesia (debilidad muscular que afecta un solo lado del cuerpo) como secuela de una operación en su cerebro. Usando la tecnología TrainFES, ha podido mejorar la calidad y rapidez de su marcha para recuperar su independencia.
Porque la metodología de TrainFES ha apoyado en la rehabilitación de más de 3.000 personas y está validada por exponentes a nivel mundial en neurorehabilitación como Shirley Ryan AbilityLab.
La electroestimulación funcional está comenzando a ser parte de los tratamientos de quienes han contraído el coronavirus y han sido derivados a una UPC.
La medicina remota ha tomado más fuerza que nunca durante la pandemia que estamos viviendo, producto de que millones de pacientes en todo el mundo se encuentran en aislamiento.
El biofeedback se ha utilizado durante más de 50 años en la rehabilitación para facilitar patrones de movimiento normales después de una lesión, gracias a su capacidad de proporcionar información biológica a los pacientes en tiempo real, que de otro modo sería desconocida.