Pérdida de sensibilidad, de fuerza muscular y de funciones intestinales, hepáticas y sexuales son algunas secuelas de una lesión medular (LM), que implica daño en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal.
Causada en su mayoría por accidentes automovilísticos, caídas, agresiones o lesiones deportivas, una lesión medular impide los mensajes entrantes y salientes entre el cerebro y el resto del cuerpo, lo que afecta funciones básicas del organismo ubicadas por debajo del sitio de la lesión.
Al provocar parálisis muscular, la lesión medular afecta el bienestar físico, psicológico y social del paciente, además de comprometer su independencia, lo que se extiende al entorno familiar que debe asumir sus cuidados.
La parte más baja de la médula espinal que permanece intacta después de una lesión se conoce como nivel neurológico, y según su gravedad ésta se clasifica en lesión medular completa e incompleta. Si bien ambas tienen causas y síntomas similares, existen algunas diferencias clave:
Según la funcionalidad perdida en los brazos y las piernas y su extensión, la lesión medular puede producir:
Existen similitudes entre una lesión medular completa y una incompleta. Las principales son que ambas comparten muchas de las mismas causas, afectan la función del cuerpo en el lugar de la lesión y debajo de ella, y las opciones de terapia suelen ser parecidas.
Sin embargo, la diferencia clave es el nivel de limitación que imponen cuando ambas ocurren en la misma parte de la columna. Y la lesión medular completa suele ser más limitante.
Para aquellos que sufren una lesión completa de la médula espinal, toda sensación, junto con la capacidad de moverse, se pierde por completo debajo del sitio de la lesión.
Sin embargo, la naturaleza completa de la lesión no elimina la posibilidad de cierta recuperación.
Además, la gestión médica y el avance en las investigaciones posibilitan que las lesiones completas de médula espinal vayan en descenso, al punto que la tetraplejia y la paraplejia completas representan menos del 30% de las lesiones medulares.
Las lesiones de la médula espinal pueden provocar una o más de las siguientes secuelas:
La recuperación de una lesión completa de la médula espinal dependerá de la atención médica y de la rehabilitación que reciba el paciente.
Cuanto antes se implementen los tratamientos para fortalecer los músculos por debajo del nivel de la lesión de la médula espinal, mejor será el pronóstico. La evidencia muestra que el primer año de recuperación es el más difícil, puesto que el paciente apenas comienza a adaptarse a su condición.
La kinesiología y terapia ocupacional durante este tiempo son fundamentales para la recuperación, cuyos primeros avances suelen observarse en los primeros dos años después de la lesión.
La terapia para buscar la recuperación luego de una lesión medular completa incluye:
Una rehabilitación global evalúa el tratamiento indicado para cada persona de acuerdo a la lesión de médula que presente. Para ello, TrainFES cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales conformado por médicos fisiatras, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y psicólogos, entre otros, fundamental para determinar el programa y acompañar al paciente durante todo el proceso.
Los usuarios contarán con:
TrainFES cuenta con la más avanzada tecnología de electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés), técnica no invasiva e indolora que se aplica en situaciones donde existe una alteración en la comunicación entre el sistema nervioso y los músculos, es decir, donde la parálisis tiene un origen neurológico.
El uso de esta tecnología, junto al programa de entrenamiento de TrainFES, permite potenciar la neuroplasticidad, que es la capacidad del sistema nervioso para modificarse y formar conexiones en respuesta a la información nueva, posibilitando la rehabilitación de las personas con este tipo de lesiones.
La experiencia en neurorehabilitación de los profesionales TrainFES convierten su metodología en la mejor opción para quienes han perdido movilidad a causa de una lesión medular, gracias a la tecnología, al acompañamiento médico y a las facilidades para que los usuarios completen el entrenamiento con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
Hoy, quienes están trabajando en las Unidades de Pacientes Críticos están muy expuestos a contraer el COVID-19. Pero, ¿de qué manera se pueden disminuir las posibilidades de contagio?
Un infarto medular ocurre cuando hay una reducción del flujo sanguíneo al interior de la columna vertebral, es decir, como resultado de una isquemia originada en una arteria extravertebra
Desde problemas para deglutir hasta pérdida de la visión. En el siguiente blog te contamos algunas de las secuelas de un ACV.