El 19 de noviembre se conmemora el Día Mundial en recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tránsito, instaurado con el objetivo de concientizar a la ciudadanía sobre la seguridad vial y la importancia de mantener conductas responsables en la conducción, para evitar siniestros que pueden ser fatales o dejar secuelas graves.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) resalta que los accidentes de tránsito generan 1,35 millones de muertes a nivel mundial anualmente en promedio, y son la principal causa de deceso en niños y jóvenes de 5 a 29 años. Los más afectados son los peatones, ciclistas y motociclistas. Además, en casos no fatales, pueden dejar a las víctimas con lesiones graves y secuelas de por vida como la perdida de la movilidad.
En este contexto, este día es un esfuerzo desplegado para reducir las víctimas en las carreteras y alertar a la comunidad sobre el sufrimiento que generan estos siniestros, junto con la devastación económica que producen.
Durante 2022 en Chile se registraron 86.050 accidentes de tránsito y 1.745 personas perdieron la vida, cifra que tuvo un aumento de un 3,4% respecto de los fallecidos informados en 2021.
Cuando no tiene consecuencias fatales, un accidente vehicular puede provocar traumatismos, fracturas o lesiones medulares, las que traen consigo secuelas que afectan seriamente la vida de las víctimas.
Los accidentes automovilísticos son los principales desencadenantes de lesiones medulares, que implica daño en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal.
La lesión medular afecta a las células y nervios que transportan los mensajes entrantes y salientes entre el cerebro y el resto del cuerpo, cortando así su comunicación. Las secuelas incluyen pérdida de sensibilidad, de fuerza muscular y de funciones intestinales, hepáticas y sexuales, lo que puede terminar en una paraplejia o tetraplejia. Estos efectos en el cuerpo pueden ser temporales o permanentes, pero requieren de una rehabilitación óptima para potenciar su mejora.
Según datos de la Universidad de Chile, 48% de los casos de lesiones medulares se deben a accidentes de tránsito, siendo estos el principal causante de estas lesiones en el país.
Su incidencia es de 40 casos en 1 millón de personas al año. Los hombres representan entre el 77 y 80% de los casos, y el alcohol es protagonista en al menos un 25%.
El Ministerio de Salud señala que en Chile se reportó una prevalencia de 51.616 casos, con una incidencia de 1.618 casos anuales durante 2017.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que las lesiones medulares afectan a entre 250 mil y 500 mil personas cada año, y su incidencia mundial anual oscila entre 40 y 80 casos por millón de habitantes.
Según su gravedad, la lesión medular se clasifica de las siguientes formas:
La lesión medular puede producir parálisis en quien la sufre, la que se clasifica de la siguiente manera:
Una rehabilitación integral evalúa el tratamiento indicado para cada persona de acuerdo a su lesión. En TrainFES, el equipo multidisciplinario, conformado por médicos fisiatras, kinesiólogos y terapeutas ocupacionales, entre otros, determina el mejor un programa para cada paciente y lo acompaña.
Entrenamiento con la técnica de electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés) y entrenamiento diario en casa son los fundamentos de la terapia de TrainFES. La tecnología se puede utilizar fácilmente gracias a un dispositivo móvil de electroestimulación, el cual el paciente puede controlar a través del smartphone. Esto facilita que el paciente lleve adelante con constancia el entrenamiento, ya sea en un centro de rehabilitación o en casa, para lograr el máximo potencial de recuperación.
Existe una mayor probabilidad de recuperación cuando la parálisis es parcial, y en los casos que el movimiento y la sensibilidad comienzan a recuperarse la primera semana luego de haber sufrido la lesión. Sin embargo, TrainFES ha tenido tratamientos exitosos con muchos pacientes a más de un año de haber sufrido la lesión medular, con resultados que van desde mejoras metabólicas hasta volver a caminar o recuperar independencia.
Personas con distintos grados de parálisis motora debido a trastornos o enfermedades neurológicas tienen opciones de recuperar movilidad y mejorar su calidad de vida con una rehabilitación que incluya entrenamiento y tecnología, y para ello es fundamental la continuidad del tratamiento.
Un accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando hay un daño en el tejido cerebral a causa de un problema en las arterias que lo irrigan. Esto puede ocurrir porque se ocluyó una arteria y se produjo un infarto (ACV isquémico), o porque se rompió una arteria que derivó a una hemorragia o derrame (ACV hemorrágico).
Recuperar la movilidad perdida o funciones básicas del organismo es el anhelo de quienes han sufrido algún tipo de parálisis motora, y para ello es necesario un proceso de rehabilitación que requiere de constancia y del apoyo de profesionales capacitados.