La electroestimulación funcional está comenzando a ser parte de los tratamientos de quienes han contraído el coronavirus y han sido derivados a una UPC. ¿De qué manera puede potenciar su rehabilitación? Te contamos a continuación.
La propagación del Covid-19 ha impuesto un desafío colosal a los sistemas de salud de todo el mundo. Pese a que a las investigaciones han revelado mucha información respecto del virus, aún existe mucho desconocimiento al respecto y poca literatura científica sin fallas metodológicas .
A medida que pasan los meses, han salido a la luz nuevas secuelas en pacientes contagiados, que van desde la disminución de la capacidad pulmonar hasta el deterioro muscular. Incluso, no se descarta que los recuperados sufran síndromes neuropsiquiátricos a un largo plazo. Por el momento hay muchas aristas que siguen en una nebulosa.
Hoy es cada vez más recurrente ver a personas que tienen que rehabilitarse después de salir de la Unidad de Pacientes Críticos. Por ejemplo, se han visto problemas para funciones tan esenciales como hablar o caminar. Esto hace que el retorno a su vida normal tome más tiempo y demande más energía y recursos.
Pero así como existe aún mucho desconocimiento, también hay tratamientos que están empezando a dar resultados positivos. Por ejemplo, la Estimulación Eléctrica Funcional (FES) está siendo cada vez más utilizada en distintas Unidades de Pacientes Críticos de todo el mundo con el objetivo de:
1- Prevenir o tratar la debilidad muscular adquirida en UPC, luego de la sedación requerida para la intubación (se utiliza en extremidades).
2- Acelerar el proceso de extubación (el uso es en musculatura dorsal y abdominal).
3- Acelerar el proceso de rehabilitación precoz del trastorno de la deglución post intubación.
Este tipo de terapia se puede utilizar en pacientes con problemas respiratorios y/o lesión de primera motoneurona, como por ejemplo, en el caso de accidente cerebrovascular, lesión medular, TEC, parálisis cerebral, entre otras afecciones.
Sin embargo, siempre se recomienda que esté indemne la unión de la segunda motoneurona con el músculo periférico.
Pese a que estudios de seguridad refieren que no aumenta la creatinfosfokinasa (pensando en la rabdomiolisis), por lo que no afecta la función renal ni genera disminución de la saturación de O2-, en TrainFES recomendamos que si este tratamiento se utiliza en pacientes con COVID, sea después de la fase inflamatoria. Esto, porque el COVID-19, al igual que otros virus coronavirus e influenza, genera miopatías inflamatorias.
Por otra parte, la actividad física leve a moderada (con contracción muscular asociada), ayuda a regular la respuesta inflamatoria, disminuyendo el TNFa y modulando la IL-6, efecto que no alcanza a lograr las movilizaciones pasivas.
Los equipos de TrainFES se pueden sincronizar por bluetooth con un tablet y un acelerómetro (sensor inercia) que se configuran fácilmente para poder coordinar la estimulación de diferentes músculos en forma secuencia, de tal forma de lograr movimientos funcionales, como por ejemplo la deglución, bipedestación y posteriormente la marcha. Así es cómo el FES puede ayudar a la recuperación de pacientes con COVID-19.
Aplicar pequeñas cargas eléctricas a un músculo que se encuentra paralizado o debilitado, puede ser una excelente alternativa para la rehabilitación de un paciente con problemas de movilidad.
El Covid-19 ha traído graves complicaciones respiratorias a los contagiados. Sin embargo, el tratamiento con TrainFES puede mejorar notoriamente su recuperación.
El dropfoot (o “pie caído”) es una secuela frecuente una complicación de accidentes cerebrovasculares o consecuencia de otras enfermedades neurodegenerativas.