Un dolor de cabeza repentino e intenso es el síntoma clave para notar la ruptura de un aneurisma cerebral, lo que puede derivar en un accidente cerebrovascular (ACV) y poner en riesgo la vida de la persona.
Y aun con el tratamiento adecuado y urgente, genera secuelas como parálisis motora, pérdida de funciones básicas e impedimento de realizar tareas propias de la vida diaria.
Mayo Clinic explica que un aneurisma cerebral es una protuberancia o abombamiento en un vaso sanguíneo del cerebro, que puede formarse y crecer porque la sangre que fluye por el vaso ejerce presión sobre una zona débil de la pared.
En tanto, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos plantea que el aneurisma cerebral, también llamado aneurisma intracraneal, puede ser congénito o desarrollarse durante el transcurso de la vida.
Existen muchos tipos de aneurismas cerebrales. El más común se llama aneurisma sacciforme, y puede variar desde una formación de unos pocos milímetros a una de más de un centímetro.
El abombamiento al interior de un vaso sanguíneo puede causar un aumento del tamaño del aneurisma cerebral que, en caso de romperse, puede causar sangrado en el cerebro y transformarse en un accidente cerebrovascular (ACV) hemorrágico.
Los expertos señalan que los aneurismas cerebrales son comunes y en la mayoría de los casos no son graves, en especial si son pequeños. Muchos no se rompen y, por ende, no suelen producir síntomas ni causar problemas de salud. Incluso, en ocasiones se detectan cuando se hacen pruebas por otras afecciones.
Sin embargo, la rotura de un aneurisma pone en riesgo la vida rápidamente y requiere tratamiento médico inmediato.
La rotura de un aneurisma es una emergencia y puede provocar la muerte de quien la padece, por lo que ante cualquier sospecha se debe acudir a un servicio de urgencia de forma inmediata.
Las consecuencias de un aneurisma dependen del tamaño, la ubicación y del estado general de salud del paciente, aunque todo dependerá de la magnitud de la formación y su eventual rotura. Si existe hemorragia cerebral producto de un aneurisma, y este es demasiado grande, va a generar secuelas peligrosas.
Cuando se rompe un aneurisma cerebral, el sangrado suele durar solo unos segundos. Sin embargo, la sangre puede ocasionar daño directo a las células circundantes y matar neuronas cerebrales.
Además, si la presión en el interior del cráneo aumenta mucho, el suministro de sangre y oxígeno al cerebro puede interrumpirse y generar desde pérdida del conocimiento hasta la muerte.
La rotura de un aneurisma y la opción de desencadenar un accidente cerebrovascular puede dejar a la persona afectada con múltiples secuelas, como dificultad para la deglución (capacidad de tragar), parálisis facial y corporal, problemas con el lenguaje o afectación de la visión.
TrainFES es una metodología de neurorehabilitación única en el mundo, que combina el entrenamiento diario con tecnologías innovadoras para obtener mejores resultados terapéuticos en menor tiempo gracias a la continuidad del tratamiento.
El programa de rehabilitación para usuarios con compromiso motor está conformado por un plan de entrenamiento y acompañamiento permanente, más un avanzado sistema de electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés), que a través de suaves e indoloras aplicaciones de corriente en los músculos paralizados logra activarlos para tener una mayor respuesta y reducirlos tiempos de recuperación.
La metodología TrainFES cuenta con diferentes tratamientos para un accidente cerebrovascular, dependiendo de la evaluación de cada caso y de qué mejoras necesita la persona afectada.
El tratamiento con electroestimulación funcional se consolida como un excelente complemento de la terapia fonoaudiológica convencional para personas que tienen dificultad o pierden la capacidad de tragar, una secuela muy común entre quienes han sufrido un ACV.
Los análisis científicos han comprobado el buen resultado de este método en la rehabilitación de la disfagia. Por un lado, la terapia logra mayor respuesta y, por otro, reduce los tiempos de rehabilitación.
Un estudio analizó a pacientes con disfagia, con grados entre moderado y grave, y sin respuesta a la terapia convencional, quienes recibieron una terapia complementaria de electroestimulación. El resultado fue que 20 de los 23 pacientes tuvieron una notoria mejoría luego de cuatro días en el caso disfagia moderada, y entre tres y 30 días en aquellos con disfagia grave.
El sistema también es adecuado para rehabilitar el movimiento funcional perdido, que afecta procesos como la marcha, ducharse, alimentarse y distintas tareas cotidianas.
El objetivo es que la persona recupere los movimientos mermados y su capacidad funcional, para mejorar el desarrollo de aquellas actividades que son parte de su vida diaria.
Según un estudio realizado en Corea del Sur, hay mejoras significativas en la recuperación motora de las extremidades superiores, gracias a los efectos de la terapia de espejo en combinación con FES y biofeedback.
Además, la evidencia generada por TrainFES dio cuenta de los avances de 85 pacientes en cuanto a su nivel funcional, entre su primera sesión de entrenamiento y el segundo mes de terapia. Se evaluó la capacidad de mantenerse en sedente (sentado), bípedo (que se sostiene sobre los dos pies) o caminando.
La primera evaluación arrojó como resultado que 22 de los pacientes lograban el sedente, de los cuales durante la segunda toma de pruebas 12 avanzaron al nivel bípedo (72,7%) y cuatro a poder caminar (18,2%).
La segunda evaluación también demostró que, de los 19 pacientes que lograban el bípedo, 10 lograron la marcha (52,6%) y nueve mantuvieron su nivel (47,4%).
Además, destaca el hecho de que ninguno de quienes utilizaron la terapia FES mostraron retrocesos.
La terapia con FES que incluye entrenamiento de la extremidad superior ha probado ser una intervención eficaz.
Un estudio efectuado en Estados Unidos dividió a 21 pacientes en dos grupos. Uno aplicó solo terapia convencional y el otro sumó tratamiento con electroestimulación funcional. Los últimos demostraron mejores resultados en términos de manipulación de objetos, prensión palmar, tracción y tuvieron excelentes resultados en índices y escalas de extremidad superior.
La metodología TrainFES incluye la evaluación de médicos fisiatras, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos, que hace posible determinar el tratamiento indicado para cada persona según su lesión, con ejercicios específicos y acompañamiento permanente a los que se suma el uso del dispositivo FES.
De esta manera, la continuidad del entrenamiento -potenciada por la opción de ejercitarse en casa- permite obtener hasta 10 veces más terapias efectivas que con un método convencional, y un potencial de recuperación igual o mejor que en un programa presencial.
Las enfermedades neurodegenerativas afectan varias actividades propias del cuerpo, como el equilibrio, el movimiento, el habla, la respiración e incluso funciones del corazón.
Un accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando hay un daño en el tejido cerebral a causa de un problema en las arterias que lo irrigan. Esto puede ocurrir porque se ocluyó una arteria y se produjo un infarto (ACV isquémico), o porque se rompió una arteria que derivó a una hemorragia o derrame (ACV hemorrágico).
Recuperar la movilidad perdida o funciones básicas del organismo es el anhelo de quienes han sufrido algún tipo de parálisis motora, y para ello es necesario un proceso de rehabilitación que requiere de constancia y del apoyo de profesionales capacitados.