Un accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando hay un daño en el tejido cerebral a causa de un problema en las arterias que lo irrigan. Esto puede ocurrir porque se ocluyó una arteria y se produjo un infarto (ACV isquémico), o porque se rompió una arteria que derivó a una hemorragia o derrame (ACV hemorrágico).
Según el Ministerio de Salud, el ACV es una de las principales causas de discapacidad en Chile, con una prevalencia aproximada de 130 casos por cada 100 mil habitantes. Por esta razón, desde 2013 se encuentra incorporado en el programa de Garantías Explícitas en Salud (GES).
Las enfermedades cerebrovasculares ocupan el segundo lugar como causa de muerte en el país (después de las cardíacas) y son la primera causa de invalidez en personas adultas mayores de 65 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que cada año 15 millones de personas sufren un accidente cerebrovascular, de las cuales cinco millones fallecen y cinco millones quedan permanentemente con algún tipo de discapacidad.
En Chile, en 2021 hubo 29.542 egresos hospitalarios por ACV y esta patología fue la segunda causa de mortalidad, después de las enfermedades isquémicas del corazón, sin considerar la pandemia por SARS-CoV-2.
Además, en el país se registraron 7.501 defunciones por ACV ese mismo año, lo que equivale a una muerte cada 72 minutos.
Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos plantean una premisa fundamental: muchos accidentes cerebrovasculares pueden evitarse mediante cambios saludables en el estilo de vida.
Además, recomiendan mantener controles de salud que detecten posibles riesgos de sufrir un ACV.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos agrega que comer sano es bueno para el corazón y puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Para ello aconseja:
Los devastadores efectos de un accidente cerebrovascular responden en gran medida a que una parte importante de la población no logra reconocer los síntomas y no se dirige a tiempo al servicio de urgencia más cercano, sin saber que la atención médica oportuna puede prevenir daños mayores, secuelas neurológicas e incluso la muerte.
Pérdida de la fuerza en un brazo o en una mitad del cuerpo, parálisis de la mitad de la cara y dificultad para hablar o hacerse entender. Cualquiera de estos tres síntomas, si se produce de manera repentina, puede deberse a un ACV.
Otra forma de detectar un ACV es el método FAST, que se basa en las siglas en inglés para conformar el siguiente esquema.
El Minsal remarca que se debe llamar inmediatamente al número de emergencias del SAMU (131) o acudir al servicio hospitalario más cercano, para recibir a tiempo el tratamiento que corresponda.
Cuando se produce un ACV, el cerebro deja de recibir nutrientes y oxígeno. Aunque esto ocurra por pocos segundos, es suficiente para generar consecuencias en quien lo sufre. Mientras antes se reciba atención médica, mejor será el pronóstico del paciente.
El accidente cerebrovascular puede dejar secuelas como parálisis o pérdida del movimiento muscular, dificultad para hablar o tragar, pérdida de memoria o dificultad para pensar.
Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por un ACV, TrainFES es la mejor opción de rehabilitación, al combinar la tecnología con un equipo de profesionales que evalúa caso a caso y determina el tratamiento más adecuado.
Kinesiólogos, médicos fisiatras, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos y psicólogos estarán presentes durante todo el proceso para definir la terapia y acompañar su desarrollo.
Un plan de entrenamiento personalizado, la guía permanente del equipo médico y el uso de tecnologías como la electroestimulación funcional posibilita los siguientes beneficios:
Por lo general, un ACV genera pérdida del movimiento funcional al afectar el control de brazos o piernas, por lo que interfiere en actividades como caminar, subir o bajar escaleras, ducharse o alimentarse.
El objetivo es que la persona recupere su capacidad funcional, para mejorar el desarrollo de aquellas actividades que son parte de su vida diaria.
La metodología TrainFES incluye rehabilitación continua con la técnica de electroestimulación funcional, cuyo uso se define luego de una evaluación y la indicación de tratamiento caso a caso, a cargo de un equipo de kinesiólogos, médicos fisiatras, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos.
La electroestimulación funcional, que consiste en la aplicación de suaves corrientes eléctricas sobre las zonas afectadas para buscar la activación de los músculos, es un buen complemento para la terapia convencional, ya que puede mejorar los resultados de la rehabilitación y disminuir el tiempo de recuperación.
La evidencia generada por TrainFES dio cuenta de los avances de 85 pacientes en cuanto a su nivel funcional, entre su primera sesión de entrenamiento y el segundo mes de terapia.
La primera evaluación arrojó como resultado que 22 de los pacientes lograban sentarse, y durante la segunda toma de pruebas 12 de ellos avanzaron al nivel bípedo (72,7%) y cuatro lograron caminar (18,2%).
La segunda evaluación también demostró que de los 19 pacientes que lograban el bípedo, 10 lograron caminar (52,6%) y 9 mantuvieron su nivel, aunque presentaron mejoras (47,4%).
Entre quienes utilizaron la terapia FES, ninguno mostró retrocesos.
En el caso de la pérdida de la capacidad para tragar, TrainFES complementa la terapia fonoaudiológica tradicional con electroestimulación funcional para tratar ese tipo de problemas.
Los análisis científicos han comprobado el buen resultado de este método en la rehabilitación de la disfagia. Por un lado, la terapia logra mayor respuesta y, por otro, reduce los tiempos de rehabilitación.
La terapia FES que incluye entrenamiento de la extremidad superior ha probado ser una intervención eficaz, con buenos resultados en términos de manipulación de objetos, prensión palmar y tracción.
Con sus avances tecnológicos y un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, TrainFES presenta una metodología que apunta a lograr el máximo potencial de rehabilitación del paciente, cuyo compromiso y constancia son fundamentales.
Los usuarios cuentan con la tecnología para realizar los ejercicios en forma presencial o remota, en constante coordinación con los médicos, y ello posibilita que TrainFES logre hasta 10 veces más terapias efectivas que un método convencional.
Un dolor de cabeza repentino e intenso es el síntoma clave para notar la ruptura de un aneurisma cerebral, lo que puede derivar en un accidente cerebrovascular (ACV) y poner en riesgo la vida de la persona.
Las enfermedades neurodegenerativas afectan varias actividades propias del cuerpo, como el equilibrio, el movimiento, el habla, la respiración e incluso funciones del corazón.
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