Una lesión de tipo neurológica puede afectar a diversos sistemas de nuestro cuerpo, como las habilidades cognitivas, sensitivas, motoras e incluso el equilibrio y nuestra capacidad de saber en qué posición se encuentra nuestro cuerpo y cómo nos relacionamos con el ambiente en que nos rodeamos. Cualquiera sea el sistema que se vea afecte luego de una lesión neurológica, causará un desequilibrio en nuestro organismo, provocando dificultades para desenvolvernos en diferentes aspectos de nuestra vida. Debido a esto, es importante la rehabilitación para lograr volver a nuestras actividades diarias de la forma más óptima posible.
Durante y después de un proceso de rehabilitación, mantener una vida activa es de suma importancia si queremos conservar los logros ganados en la rehabilitación, manteniendo así una vida más larga y que los sistemas que se afectaron luego de la lesión se mantengan en su máxima función. Estudios avalan que mantener una vida activa no sólo ayuda a nuestro sistema músculo esquelético sino también a nuestro sistema nervioso, fomentando un mayor aprendizaje, conservando la memoria e incluso disminuyendo el estrés y la ansiedad. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, favoreciendo la rehabilitación y el aprendizaje de nuevas tareas. Es importante considerar también que el aprendizaje que generamos durante la rehabilitación se mantiene sólo si es que aplicamos lo que aprendimos en ella. Si con el tiempo no seguimos practicando, las nuevas conexiones neuronales que logramos generar se van perdiendo.
Tampoco debemos olvidarnos al sistema cardiovascular. Al movernos menos, nuestro corazón funciona menos. Si entrenamos menos nuestro corazón, se pueden desencadenar enfermedades asociadas como la diabetes o hipertensión. Los estudios demuestran que las personas con lesiones neurológicas viven menos que una persona sin lesión, debido a problemas secundarios a la falta de movimiento y vida activa. En muchos casos, una lesión va a causar que nos movamos menos, ya que realizar algunas tareas cotidianas va a requerir un esfuerzo mayor. Dependiendo de la lesión, a algunas personas les va a causar más dificultades que a otros, pero es sumamente importante nunca dejar de realizar actividades que nos van a mantener realizando una actividad mayor que la que tenemos de base cuando estamos en reposo, aunque en algunos casos pueden ser movimientos muy simples.
Siempre es importante mantener una vida activa luego de una lesión neurológica, esto no quiere decir que todos tengamos que realizar el mismo nivel de actividad, sino que va a depender de cada persona en particular. Por esta razón en TrainFES desarrollamos dispositivos que favorezcan la actividad en personas con dificultades del movimiento debido a lesiones neurológicas, mediante la activación de músculos que se encuentran paralizados a través de suaves impulsos eléctricos. De esta forma, la persona puede realizar con mayor facilidad sus actividades cotidianas.
Si existen dudas con respecto a esto es recomendable consultar a su médico tratante o a un profesional de la salud, para guiar de mejor forma este proceso.
Un accidente automovilístico, una caída en la piscina o un traumatismo de alto impacto suelen ser los principales desencadenantes de una lesión medular (LM), que implica daño en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal.
Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo y pérdida de sensibilidad en el lado opuesto son algunas de las secuelas del síndrome de Brown-Sequard (BSS), que es una afección neurológica poco común caracterizada por una lesión en la médula espinal.
La parálisis cerebral es un trastorno del movimiento que afecta la capacidad del individuo para coordinar y controlar sus músculos. Esto puede producir discapacidades que afectan las capacidades físicas, la cognición, la comunicación y la función sensorial. Ocurre debido a lesiones o anomalías del cerebro