Un daño o enfermedad que afecte al sistema nervioso puede dejar a una persona con parálisis motora, lo que le impedirá realizar movimientos habituales del cuerpo y, con ello, actividades de la vida diaria.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que la parálisis motora es la pérdida de la función muscular, y se presenta cuando un músculo no trabaja ni se mueve normalmente.
Esto puede ser causado por una enfermedad del músculo en sí (miopatía), una afección del área en la que se encuentran el músculo y el nervio (unión neuromuscular) o una patología del sistema nervioso: daño a nervios (neuropatía), lesión de la médula espinal (mielopatía) o daño cerebral (accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral).
Mayo Clinic señala que un término más nuevo y amplio es el de trastorno neurológico funcional, que presenta síntomas del sistema nervioso que no se pueden atribuir a una enfermedad neurológica u otra afección médica.
El diagnóstico y tratamiento tempranos sobre cuál es el origen de la parálisis es fundamental para una mejor recuperación.
Hemiparesia y hemiplejia
Cleveland Clinic explica que la hemiparesia es una debilidad muscular unilateral que ocurre debido a alteraciones en el cerebro, la médula espinal o los nervios que se conectan a los músculos afectados.
Muchas de estas afecciones pueden dañar permanentemente partes del sistema nervioso. En estos casos, la hemiparesia no desaparecerá, aunque puede mejorar.
La hemiplejia, en tanto, es un síntoma que implica parálisis unilateral. Afecta el lado derecho o izquierdo del cuerpo y ocurre debido a lesiones que afectan el sistema nervioso central.
Al implicar parálisis, la persona no puede mover ni controlar los músculos de la parte del cuerpo afectada, que puede quedar flácida o contraerse sin control.
Al igual que en la hemiparesia, existe tratamiento e incluso cura para ciertos casos, mientras que otros pueden mejorar por sí solos. Sin embargo, muchas de estas afecciones causan daños permanentes a partes del sistema nervioso, como la médula espinal o lesiones cerebrales traumáticas.
Una lesión medular (LM), que implica daño en cualquier parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del canal espinal, a menudo causa cambios permanentes en la fortaleza, la sensibilidad y otras funciones del cuerpo debajo del sitio de la lesión.
Dependiendo de la gravedad de la lesión, la LM puede ser:
Tetraplejia
La tetraplejia es un síntoma de parálisis relacionada con LM que afecta todas las extremidades y el cuerpo, desde el cuello hacia abajo.
A veces es tratable, pero en la mayoría de los casos, especialmente aquellos debidos a lesiones, la parálisis es permanente.
Existen dos clasificaciones para esta condición:
Paraplejia
La paraplejia es el síntoma de parálisis que afecta principalmente a las piernas, aunque a veces puede abarcar la parte inferior del cuerpo y algunas de las capacidades de los brazos.
Dependiendo de cómo se genere, esta parálisis puede tener diferentes efectos en algunos sistemas o procesos del cuerpo.
También se clasifica en dos tipos:
La parálisis cerebral (PC) es un trastorno del movimiento, la postura y la coordinación que se debe a una lesión o anomalía en el cerebro en desarrollo, generalmente antes del nacimiento, durante el parto o en los primeros cinco años de vida.
Al comprometer al cerebro, la PC afecta las funciones del sistema nervioso como el movimiento, el aprendizaje, la audición, la visión y el pensamiento.
Hay muchos tipos de parálisis cerebral, entre ellas:
El tratamiento para personas con algún tipo de parálisis motora debe enfocarse en mejorar su calidad de vida, promover la independencia y maximizar sus habilidades funcionales. Ello incluye terapia física, terapia ocupacional, terapia del habla y lenguaje, medicamentos, cirugía y dispositivos de asistencia, como sillas de ruedas o dispositivos de comunicación.
Para lograr este objetivo, TrainFES cuenta con una terapia que apunta a la rehabilitación integral, cuyos dos principales objetivos son recuperar el mayor grado de independencia posible y mejorar la activación y funcionalidad de las extremidades. Ello brindará a las personas afectadas por parálisis motora los siguientes beneficios:
La evaluación de especialistas de la kinesiología, fisiatría o fonoaudiología permite determinar el tratamiento indicado para cada persona, según su lesión, con ejercicios específicos a los que se suma la tecnología y el acompañamiento permanente para fomentar la continuidad terapéutica y garantizar los mejores resultados.
La telerehabilitación es un proceso que permite continuar un tratamiento de terapia física en casa con la guía remota de un profesional experto y el apoyo de diferentes tipos de tecnologías. Así, pacientes con movilidad reducida a causa de una parálisis ven facilitado el entrenamiento diario, que es clave para lograr avances.
Además de la mirada multidisciplinaria y la guía permanente, la metodología TrainFES incluye lo más avanzado en tecnología para fomentar la telerehabilitación, con un dispositivo de electroestimulación funcional (FES, por sus siglas en inglés) que busca activar los músculos afectados con suaves e indoloras señales eléctricas.
El programa cuenta con un sensor inercial de movimiento, que sincroniza la electroestimulación con tareas de la vida diaria y actúa como biofeedback; y una aplicación para smartphones que permite recibir ejercicios diariamente según una planificación diseñada en conjunto con especialistas.
Con la innovación tecnológica, el acompañamiento médico y la plataforma de rehabilitación virtual que impulsa el entrenamiento en casa, el programa permite realizar hasta 10 veces más terapias efectivas que con un método convencional, con un potencial de recuperación igual o mejor que en un programa presencial.
Desde incrementar las atenciones remotas hasta tomar los resguardos sanitarios para mantener los espacios limpios, son solo algunos de los pasos que ha seguido el centro de rehabilitación.
Las secuelas derivadas de trastornos neurológicos o enfermedades neurodegenerativas, que van desde dificultades para mover una extremidad hasta parálisis e imposibilidad para desplazarse o realizar actividades cotidianas, pueden tratarse con una adecuada metodología de neurorehabilitación.
Un accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando una arteria que suministra sangre al cerebro se obstruye o se rompe, lo que puede causar discapacidades temporales o permanentes, según cuánto tiempo se vio interrumpido el flujo sanguíneo, ya que puede matar neuronas si no se trata a tiempo.